Cuáles son las averías más comunes de los coches eléctricos
¿Se estropean más los coches eléctricos que los de combustión?

El coche eléctrico tiene numerosas ventajas frente al coche de combustión, especialmente en el medio plazo. A pesar de que son vehículos mucho más caros que los de toda la vida, el automóvil eléctrico nos va a ahorrar bastante dinero a lo largo de su vida útil en combustible y también en los mantenimientos periódicos. Esto se debe a que estos vehículos no tienen tantas piezas mecánicas, y no están sometidos al mismo nivel desgaste que los coches con motores de gasolina y diésel.
Sin embargo, que los eléctricos pasen menos veces por el taller no significa que no se estropeen. Como toda máquina, no importa si adquieres un Audi o un Tesla, pues, tarde o temprano, el coche tendrá que pasar por un mecánico para hacer algún tipo de reparación o mantenimiento.
Puerto de carga

Un puerto de carga ubicado en el lateral es menos propenso a romperse por un pequeño accidente
Seguro que alguna vez has tenido algún dispositivo electrónico que ha dejado de funcionar por culpa de que se ha estropeado el puerto por el que se recarga. Suele ocurrir en dispositivos de uso diario, como un smartphone o un ordenador portátil. Pues con los eléctricos, podemos decir que puede ocurrir un tanto de lo mismo.
El sistema de carga es hoy por hoy el talón de Aquiles de los vehículos a batería. O, por lo menos, es el componente indispensable que más tiende a fallar en la actualidad.
Existen múltiples motivos por el que puede fallar uno de estos zócalos, desde componentes que vienen defectuosos de fábrica hasta puertos que se deterioran al colocar enchufes en mal estado.
En ocasiones, el puerto de carga se puede dañar con pequeños accidentes, como toques mientras aparcamos. Este detalle es importante tenerlo en mente si tenemos un vehículo que tiene el puerto de carga en la parte delantera. La reparación de este componente depende fundamentalmente de la marca, aunque no suele ser una operación especialmente asequible.
Fallos eléctricos
No nos referimos a la parte del motor eléctrico, sino a la electrónica del propio vehículo. Este tipo de fallos no son exclusivos de los coches eléctricos, aunque son más comunes ahora que los automóviles están repletos de sensores y equipos multimedia.
Los fallos de la electrónica no suelen comprometer la fiabilidad del propio vehículo, aunque son molestos y pueden llegar a tener cierta peligrosidad. Entran dentro de este grupo problemas como fallos en el climatizador, ventanillas que dejan de funcionar o puertas que quedan bloqueadas, entre otros problemas del estilo.
Siendo este un problema tan generalizado, cabe destacar que no son problemas de una marca o un modelo concreto, sino más bien esto es fruto del poco recorrido que tienen los fabricantes con las nuevas plataformas en las que se están construyendo los vehículos eléctricos.
Frenos y frenada regenerativa

Los frenos siguen siendo la asignatura pendiente de conductores de térmicos y eléctricos Electrek
Los coches eléctricos no consumen tantas pastillas y discos de frenos como los vehículos de combustión. De hecho, muchos fabricantes optan por poner frenos de tambor en el tren trasero para ahorrar costes, cosa que suele generar bastante debate.
A pesar del menor desgaste de frenos gracias a la frenada regenerativa de los motores eléctricos, los conductores de vehículos a baterías suelen descuidar este elemento de seguridad —igual que los que conducen coches de combustión—.
Aunque el coche eléctrico gaste menos frenos, el sistema debe mantenerse exactamente igual que en un vehículo de toda la vida. Es necesario reemplazar el líquido, comparar la estanqueidad y reemplazar los elementos de desgaste para garantizar un buen funcionamiento.
Por otro lado, la frenada regenerativa también se puede estropear. Este sistema se dedica a acumular la energía de las frenadas para aumentar la autonomía de la batería del coche eléctrico. Funciona con un convertidor, que, como todo componente electrónico, puede fallar y dejar de acumular energía.
Degradación de las baterías

NIO se ha desmarcado de la competencia con un sistema de alquiler de baterías
La parte más negativa de los coches eléctricos es que las baterías se degradan, que es lo mismo que nos ocurre con los móviles, tablets y ordenadores portátiles. Por suerte, la degradación es progresiva con los años, y no es muy frecuente que nos encontremos con una avería grave que nos obligue a sustituir la batería. No obstante, en caso de que la batería falle, sustituirla será con diferencia la avería más cara que podemos sufrir en un coche de este tipo.
La mayoría de los fabricantes están dando 8 años de garantía o 160.000 kilómetros a las baterías. Se estima que la capacidad de las mismas se reduce significativamente cuando se sobrepasan los 10 años de vida útil del vehículo. Para maximizar la vida de este componente, es recomendable mantener la carga siempre entre el 20 y el 80%, evitando en la medida de lo posible descargar la batería al completo.
Además, es importante que carguemos el coche en nuestro aparcamiento a la velocidad recomendada por el fabricante. Abusar de la carga rápida calentará en exceso la batería y acelerará su degradación. Por otro lado, cargarlo demasiado despacio todos los días tampoco es ideal, por lo que habrá que contratar la potencia eléctrica adecuada. Si necesitas saber más sobre el mantenimiento de la batería de un coche eléctrico, te recomendamos esa lectura para que puedas conservar tu coche en la mejor forma posible.
Software

Una línea de código puede ser más perjudicial que una bujía o un inyector en mal estado
Los coches cada vez se parecen más a los ordenadores. Depender de programas para hacer cualquier operación en el vehículo es genial y permite ahorrar costes en complejos sistemas mecánicos, pero tiene su contraparte, y es que cada vez dependemos más de las líneas de código.
Tal y como ocurre con los ordenadores, los coches eléctricos —y también los de combustión— pueden llegar a verse completamente inutilizados por problemas de software, ya sea por errores de programación o sensores que se activan y bloquean el coche por protección. De ahí que muchas marcas de coches eléctricos como Tesla hayan tenido que hacer grandes llamadas a revisión para hacer actualizaciones de firmware a sus vehículos.
Por norma general, la mayoría de los fallos que suelen presentarse no son demasiado graves, aunque cuando ocurren problemas importantes, es bastante habitual ver vídeos que se hacen muy virales en redes sociales, ya sea por morbo o por desprestigiar a ciertas marcas.
Mientras que los fallos eléctricos tienden a desaparecer con el efecto experiencia de los fabricantes, los fallos de software suelen tener la tendencia contraria. Cuanta más tecnología y mayor grado de automatización tiene un vehículo, mayor será el número de fallos de este tipo que vamos a tener que sufrir. Por suerte, la mayoría de ellos son nimios y no nos afectarán a la conducción, lo que no quita que sean bastante molestos.