Hasta ahora, la inteligencia artificial no ha tenido ningún efecto en el empleo. Así lo asegura el último estudio de la Universidad de Yale
Los que más avivan los temores de la IA son justamente los directores ejecutivos de las compañías que la desarrollan

La inteligencia artificial llegó a nuestras vidas hace casi tres años con el lanzamiento de ChatGPT, la primera gran herramienta basada en esta tecnología, al alcance del público general que dispusiera de un ordenador o dispositivo móvil y una conexión a Internet. A través del bot conversacional, es posible realizar una gran cantidad de tareas: desde generar texto hasta crear imágenes, pasando por analizar datos, programar o dar ideas. Una navaja suiza digital capaz de aumentar nuestra productividad en el trabajo, o directamente quitárnoslo.
Con el paso de los meses, las herramientas de IA no solo han mejorado, sino que el miedo a que esta tecnología robe nuestros empleos también se ha incrementado. Los magnates de Silicon Valley tampoco han ayudado a calmar los nervios con sus afirmaciones de que la inteligencia artificial acabará realizando el 80 % del trabajo en los próximos años. Y da igual si tienes una granja o te dedicas a las ventas: viene a por todos nosotros.
Algunas empresas ya están priorizando la IA sobre los trabajadores humanos. Por ejemplo, Klarna, UPS y Duolingo. Una de las más recientes en sumarte a la tendencia con despidos masivos es la aerolínea alemana Lufthansa, que prescindirá de 4.000 trabajadores para automatizar procesos con esta tecnología para crecer y, de paso, ahorrar costes. Curiosamente, el último estudio de la Universidad de Yale asegura que la inteligencia artificial todavía no ha tenido un efecto real en el empleo.
La conclusión del estudio de la Universidad de Yale es que no hay cambios alarmantes
Los economistas del Budget Lab de la Universidad de Yale (un grupo de investigación de políticas no partidista) analizaron cómo ha cambiado el empleo en Estados Unidos desde el lanzamiento de la inteligencia artificial ChatGPT en noviembre de 2022, así como otros bots conversacionales alternativos. La conclusión a la que llegaron fue que no vieron cambios alarmantes, como se refleja en el resumen del informe.
En general, nuestras métricas indican que el mercado laboral en general no ha experimentado una interrupción perceptible desde el lanzamiento de ChatGPT hace 33 meses, lo que socava los temores de que la automatización de la IA esté erosionando actualmente la demanda de mano de obra cognitiva en toda la economía
El estudio de la Universidad de Yale concuerda con otro realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de las Naciones Unidas en el año 2023, que concluyó que la inteligencia artificial generativa probablemente no reemplazaría a la mayoría de los profesionales. En otro estudio realizado por trabajadores daneses y publicado el pasado mes de abril, se determinó que esta tecnología no ha tenido un impacto material en los salarios o los empleos.
No obstante, hay algunos datos contradictorios. Y es que un estudio reciente del Laboratorio de Economía Digital de Stanford afirma que los universitarios recién graduados en las ocupaciones más expuestas a la inteligencia artificial han visto una disminución relativa del 13 % en el empleo en comparación con las ocupaciones que están más "a salvo" de esta tecnología. Hace unas semanas, Microsoft publicó un listado con las 40 profesiones en "peligro de extinción" por la IA.
Curiosamente, las personas que más avivan los temores sobre la IA son las que dirigen las grandes compañías tecnológicas. Por ejemplo, Dario Amodei de Anthropic o Sam Altman de OpenAI. Muchos creen que la razón por la que los directores ejecutivos de estas empresas meten miedo es para obtener reuniones con los legisladores.