Los analistas dicen que Donald Trump está "desesperado" por realizar un trato sobre los aranceles, pero China no

Trump ha confirmado que los aranceles no se acercarán ni por asomo al 145%

Los analistas dicen que Donald Trump está "desesperado" por realizar un trato sobre los aranceles, pero China no
El aparente nerviosismo y preocupación de Trump por llegar a un acuerdo con China juega en su contra, ya que el país asiático podría usar su desesperación para conseguir unas mejores condiciones | Imagen de Mark Peterson / Reuters
Publicado en Ciencia

La guerra comercial entre Estados Unidos y China es más tensa que nunca. Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, en su afán de querer «hacer grande de nuevo a América» —su eslogan en inglés es Make America Great Again—, impuso una serie de aranceles a diversos países para encarecer las importaciones e incitar a los fabricantes a producir sus productos en la «tierra de las oportunidades».

Aunque el magnate neoyorquino inició hace unas semanas una tregua de 90 días para la mayoría de naciones, imponiendo «únicamente» un arancel universal del 10%, China se queda fuera de la ecuación. De hecho, el país asiático se ha llevado la peor parte: aranceles de hasta el 145% en algunos productos, con amenazas de subirlos por encima del 200% si Xi Jinping, presidente de la República Popular de China, contraatacaba con más aranceles.

Si bien los dispositivos electrónicos como smartphones, tabletas y ordenadores no están sujetos a los aranceles —lo que habría incrementado considerablemente su precio, provocando que el iPhone de Apple se convirtiera en un verdadero lujo—, la situación dista mucho de ser ideal para el resto de productos que sí que han sido afectados por las medidas de Donald Trump. Y aunque parece que el mejor amigo de Elon Musk estaría interesado en reducir las tensiones comerciales, China no tendría la intención de negociar.

"Si no llegan a un acuerdo, lo fijaremos nosotros"

Donald Trump habría comenzado a mostrar interés en reducir drásticamente los aranceles a las importaciones chinas. La noticia, que a priori suena fantástica, podría ser un arma de doble filo para los Estados Unidos de América. Y es que los economistas advierten que el cambio de postura provocará, seguramente, que el país norteamericano ceda ante las peticiones de China.

El gigante asiático podría beneficiarse enormemente de prolongar las negociaciones comerciales. Recordemos que alrededor del 30% de los bienes mundiales se producen en China, lo que es una clara ventaja. Mientras que el planeta importa gran cantidad de productos de China, China no importa tantos del resto del mundo.

El pasado martes, Trump confirmó su disposición a reducir los aranceles del 145% sobre todas las importaciones chinas. Un importante funcionario de la Casa Blanca declaró a The Wall Street Journal que los aranceles podrían reducirse a entre el 50% y el 65%, aproximadamente. También se baraja la posibilidad de que Estados Unidos adopte un enfoque escalonado: impuestos del 35% a los bienes que no amenacen la seguridad nacional, y aranceles del 100% a las importaciones consideradas estratégicas para el país.

Si no llegan a un acuerdo, lo fijaremos nosotros - Donald Trump

De momento, poco más se sabe al respecto. El empresario y presidente ha confirmado que los aranceles no serán tan altos, que ni por asomo se acercarán al 145%. Sí que ha avisado de que China debe actuar rápidamente para llegar a un acuerdo que ponga fin a la guerra comercial o, de lo contrario, corre el riesgo de hacer concesiones que China podría no considerar ideales. Vamos, una amenaza en toda regla.

Que Trump parezca tan «ansioso y preocupado» por llegar a un acuerdo juega claramente en su contra. China podría jugar con su desesperación para conseguir unas condiciones mucho más beneficiosas para la segunda economía mundial. Los presidentes de los Estados Unidos y China todavía no se han reunido, por lo que el acuerdo sigue lejos de cerrarse.

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