Por qué la Unión Europea debe promover una alianza para la producción de baterías
Sacar al mercado un coche eléctrico supone realizar una inversión millonaria. El coste de oportunidad puede suponer perder competitividad ahora investigando algo incierto. ¿Deberían ponerse de acuerdo los fabricantes para invertir en la tecnología eléctrica?

La inversión en tecnología eléctrica es el futuro. Es cierto que algunas compañías, léase FCA, no creen que en el corto y medio plazo sea la opción que vaya a coger el testigo de las motorizaciones tradicionales. Sin embargo, la visión más generalizada tiene como principal eje de conexión la movilidad eléctrica.
Ante esta situación, ¿es viable la disrupción que está produciéndose en el mercado? Es importante destacar que no hay una línea de investigación clara en esta línea. Es decir, cada fabricante, a través de sus diferentes filiales, está promoviendo sus propios programas de investigación y desarrollo.
La Unión Europea debe promover la cooperación para la innovación
Podría decirse que no es eficiente este concepto cuando hablamos de una tecnología que cambiará para siempre la forma en la que nos desplazaremos. Quizás, la alternativa más lógica sería crear un producto eficiente bajo la unión de los principales fabricantes de un mercado común para unir esfuerzos.
¿Por qué no aportar fondos y que un equipo fuertemente especializado realice un proyecto con un presupuesto mucho mayor? Puede que esta forma permitiese incrementar la productividad en la fabricación de baterías, pudiendo exportar a otros continentes haciendo uso de esta ventaja competitiva.
Al fin y al cabo, esta mayor competitividad se trasladaría a la economía doméstica, incrementando el salario y/o la demanda de trabajo por parte de las empresas. La Unión Europea, de hecho, ya podría haber comenzado a trabajar para lograr un punto de encuentro con los principales actores del mercado del automóvil.
Por qué se necesita de un acuerdo inmediato de colaboración
Es cierto que el rendimiento de un coche eléctrico es superior al de uno tradicional, al menos en algunos apartados como la sostenibilidad o la aceleración. Un coche eléctrico posee el máximo par disponible desde parado, lo cual le confiere una distinción en los primeros metros.
Sin embargo, también posee una serie de inconvenientes que necesitan ser pulidos poco a poco con mejoras en su diseño y fabricación. Algunos de ellos son la pérdida de la eficiencia a altas velocidades y el peso excesivo de las baterías.
Hace unos días te mostramos cómo un equipo de ingenieros había logrado establecer un nuevo récord de aceleración sobre el Tesla Model S P100D. Lograron reducir el tiempo unas décimas de segundo en la prueba del cuarto de milla, la popular competición estadounidense, estableciendo el nuevo récord en 10,40 segundos.
¿Cómo lo lograron? Eliminando todo aquello que contribuía a elevar el peso en vacío y penalizaba las prestaciones. Como puedes comprobar, la principal deficiencia que debe corregirse mediante una dieta de adelgazamiento es el excesivo volumen de las baterías.
Cooperación como base para la producción de baterías
Todos sabemos que el cliente no es, por lo general, iluso. ¿Quién iba a comprar un coche eléctrico a sabiendas que es más caro que uno tradicional y, encima, debe adaptarse unos horarios para realizar las recargas de la batería? Ciertamente, la mentalidad ecofriendly es esencial
La clave está en la mejora de la autonomía. Es prioritario y, por ello, la Unión Europea ya está trabajando para actuar de mediador entre los fabricantes. Ciudades como Londres ya han firmado la guerra contra las emisiones de los combustibles fósiles, por lo que en unos años no veremos un solo coche convencional en los núcleos urbanos más céntricos.
Ante esta situación, ¿en qué consiste la hoja de ruta del organismo supranacional europeo? Según se podía leer hace unos días en Foro Coches Eléctricos, el día 11 de octubre fue una fecha clave en la potencial carrera de la producción de baterías en Europa.
Para la Unión Europea, es vital el mercado de la producción de baterías en el medio plazo. Teniendo en cuenta que este componente es el que mayor gasto supone cuando adquirimos un vehículo alternativo, es de vital importancia contar con ello.
Además, teniendo en cuenta la inmadurez del sector, todo parece estar fijado para que sea foco de mejora en los próximos años. ¿Baterías de 200-300 kilómetros de autonomía? Este es el principal telón de Aquiles de la tecnología eléctrica. Como puedes comprobar, el recorrido de mejora es muy amplio.
Europa lo tiene muy fácil para posicionarse en la cumbre
El Viejo Continente cuenta con la industria más avanzada en lo que a movilidad se refiere. Los principales fabricantes tradicionales vienen, principalmente, de Alemania y Francia. Estados Unidos, el mercado que quizás podría presentar batalla, es menos atractivo que el anterior si unidos la tecnología actual y futura.
Europa no debe dormirse en la apuesta por el coche eléctrico
Es cierto que General Motors o Tesla están en la cúspide del coche eléctrico, junto a Nissan, que representa la opción asiática más imponente. Sin embargo, Europa, actualmente, sigue siendo el mercado más desarrollado del sector en líneas generales.
Ahora bien, ¿está en peligro este liderazgo? Las compañías como Tesla están manteniendo su ventaja competitiva al no tener competencia que les robe mercado. ¿Lograrán revertir la situación? Quizás, como recomienda la Unión Europea, deban dejar la rivalidad a un lado y comenzar a colaborar.