¿Por qué me duelen los pies al conducir?: dónde debo de colocarlos en los trayectos largos
Con la aparición de los reguladores de velocidad en los vehículos ahora el pie derecho también puede 'descansar' en ciertos tramos del viaje.

Cuando nos disponemos a realizar un viaje de larga duración o un trayecto que sabemos que va a durar unas cuantas horas, extremamos los preparativos del coche: miramos el estado de los neumáticos y si la presión de los mismos es la ideal, revisamos los niveles de aceite y anticongelante, rellenamos el depósito de combustible y nos cercioramos de que llevemos todo lo necesario como para solucionar un imprevisto en la carretera, etc.
Y una vez hecho esto, ¿nos disponemos a emprender nuestra marcha? En absoluto, sino que nosotros también deberemos de prepararnos para el trayecto en cuestión, y es que una de las cosas más importantes antes de iniciar un trayecto de este calibre es la siguiente: estar cómodos. Como consecuencia, llevaremos ropa cómoda para conducir y un calzado adecuado para ello pero... ¿por qué cuando pasan unas horas te duelen los pies?
Para tratar de responder a esta pregunta en este artículo vamos a tratar de explicar el por qué del dolor del pies al conducir en trayectos largos, vamos a indicar dónde se recomienda colocar los pies para que descanse y no se encuentre en constante tensión y repasaremos algunos de los aspectos más importantes a la hora de preparar un trayecto largo.
¿Por qué me duelen los pies?
La respuesta es bien sencilla: porque se encuentran en tensión. Si no estamos acostumbrados a realizar trayectos considerablemente largos a menudo, sino que únicamente los realizamos para ir a la playa o de vacaciones a algún sitio alejado de nuestro lugar de residencia, es normal que no estemos acostumbrados a las 'exigencias' del viaje.
¿Qué sucede con el pie izquierdo?
Como todos sabemos, en los coches con cambio manual, el pie izquierdo es el encargado de apretar el pedal del embrague, y es uno de los más afectados en los trayectos largos. Esto se debe a que cuando conducimos por ciudad, hacemos un uso muy grande del embrague: constantemente lo necesitamos para cambiar de marcha (en ciudad se utilizan marchas cortas en su mayoría), detenernos en semáforos, ceder el paso, pararnos en los stop, en los pasos de peatones, etc.
Entonces, el pie izquierdo, aunque dispongamos de una pequeña plataforma o soporte a la izquierda del pedal de embrague, se encuentra en una tensión 'constante', por lo que relajarse por completo es tarea complicada para nuestro pie e incluso para nuestra pierna.

Los pies suelen sufrir en los trayectos de larga distancia porque no estamos acostumbrados a ellos, igual que sucede con la vista o el cuello
Además, nuestro organismo es inteligente, y al igual que los músculos, este recuerda, y está acostumbrado a ciertos movimientos y posturas que han pasado a ser prácticamente automatizados. En cuanto a la posición del cuerpo, cadera, pierna y pie, también.
Por lo tanto, cuando nuestro cuerpo está acostumbrado a conducir de una determinada manera en ciudad y, de repente, cambiamos por completo la forma de conducir -puesto que cuando realizamos un trayecto largo el pedal que menos se suele utilizar es el embrague ya que la mayoría del viaje se realiza por carretera o autopista- el cuerpo tarda en reaccionar.
Es por ello que incluso a nosotros mismos nos resulta extraño hasta pasado un buen rato durante la conducción la forma en la que estamos conduciendo, y es cuando caemos en la cuenta de que no necesitamos tener el pie izquierdo en una tensión constante, sino que podemos mantenerlo relajado en el reposapiés.
Además, hacer uso del reposapiés de nuestra izquierda nos ayudará a estirar la pierna, pues también en numerosas ocasiones descansamos el pie manteniéndolo flexionado sobre la alfombrilla y, al cabo de varias horas en la misma posición, nos sentiremos un tanto molestos, en especial con la parte anterior de la rodilla.
¿Y con el derecho?
Sucede algo similar, pero tiene sus particularidades. Al igual que sucede en ciudad con el pie izquierdo, el derecho (encargado del freno y del acelerador) está en constante movimiento y, además, en tensión, pero eso no desaparece en los trayectos largos. Esto se debe a que, aunque estemos en carretera o autopista, el pie derecho ha de seguir trabajando constantemente, ya sea para mantener la velocidad, acelerar o frenar.
Uno de los grandes avances de la tecnología es el regulador de velocidad, pues nos permite mantener una velocidad de crucero constante (la cual podremos regular nosotros mismos desde nuestro volante), liberando así a nuestro pie derecho de estar continuamente cerca de los pedales.
De esta manera, como es el propio vehículo el que de manera completamente autónoma acelera y vuelve a la velocidad que le hayamos establecido, nuestra pierna derecha puede descansar, aunque sea por unos minutos. Esto, hace unos años, era impensable, pues le debemos mucho al avance de la tecnología en el sector del automóvil.
Cómo preparar un trayecto largo
Tal y como dijimos al inicio del artículo, de la misma manera que preparamos el coche para un trayecto largo, nosotros mismos también debemos de prepararnos correctamente para cualquier tipo de situación. Es por ello que a continuación vamos a enumerar una serie de recomendaciones que pueden venirte bien si estás pensando en preparar un trayecto de larga distancia.
Calzado ideal para conducir
Cómodo y con el que nos sintamos a gusto a la hora de conducir. Preferiblemente con una suela plana y fina, que no sea muy gruesa para poder tener un buen contacto con el pedal. Se desaconseja, evidentemente, conducir con tacones, sandalias o chanclas, sobre todo para los trayectos de larga duración.
Dormir adecuadamente
Un buen descanso previo es clave, ya que de lo contrario podríamos sufrir somnolencia al volante y acusar los estragos del sueño en carretera, algo que podría resultar fatal si no se realiza una parada a tiempo. Se aconseja, sobre todo, dormir las ocho horas que recomiendan los especialistas y hacerlo en un lugar cómodo.
Se recomienda, además, no salir de fiesta o acudir a recintos con la música extremadamente alta, de la misma manera que se recomienda no ingerir alcohol antes de conducir al día siguiente, pues los efectos pueden postergarse durante varias horas y hacer acto de presencia durante la conducción.

Conducir con chanclas no está permitido por parte de la DGT, pero bajo ningún concepto es el calzado ideal para un trayecto largo
Llevar agua o bebidas
Para mantenerse hidratados durante el viaje, aunque si lo deseamos también podemos hacer uso de bebidas con cafeína para mantenernos despiertos y alerta, como lo son el café, algunos refrescos o las bebidas energéticas.
Hacer pausas periódicas
Cada tres o cuatro horas de trayecto, aunque si se prefiere, se puede hacer cada dos o siempre y cuando se desee, ya que lo primordial es llegar a destino. Es importante realizar paradas periódicas de al menos unos 15 minutos para dar un paseo o estirar las piernas.
Llevar música o ir hablando
Escuchar música o mantener una conversación (pero sin perder la atención a la carretera) nos ayudará a mantenernos despiertos y alerta en todo momento, por lo que antes de realizar un trayecto largo podemos preparar un USB con las canciones que más nos gusten, descargarnos algún podcast o similar. De esta manera el viaje será mucho más ameno y llevadero.
Lentillas o gafas
Si usamos lentillas para conducir deberemos de llevar siempre con nosotros un estuche de gafas tal y como versa la ley y como pone en la parte trasera de nuestro carnet de conducir. Si se nos cansa la vista, podemos hacer uso de las gafas y, en el caso de que nos moleste el sol, también podemos utilizar gafas de sol.